martes, 28 de julio de 2009

Estrés y Obesidad









El estrés, afecta a las personas tanto de forma física como de forma mental y emocionalmente.

De acuerdo con el Instituto Americano del Estrés, 90% de los problemas de salud son a causa del estrés.
Demasiado estrés puede contribuir en agitar muchos problemas físicos incluyendo enfermedad cardiaca, presión arterial alta, soplos al corazón, depresión, problemas de sueño y aumento de grasa abdominal.

Aunque pueden ser varios los mecanismos implicados en la obesidad asociada al estrés, es fundamentalmente una hormona (el cortisol o cortisona), que es el nexo de unión entre estrés y obesidad.

El cortisol es la hormona que regula la respuesta del cuerpo a la tensión también interviene en el metabolismo de la glucosa (azúcar) e induce cambios en la distribución de la grasa. Durante épocas de tensión, los niveles del cortisol aumentan y aceleran la utilización de proteínas por lo que ésta se pierde.

En el tejido adiposo hay una mayor transformación de cortisol a cortisona, lo que induce al aumentó de la producción de cortisol, y a la vez cambios en la distribución de la grasa (dando lugar a un incremento de la grasa intraabdominal).

Por lo que ten cuidado, ya que cuando tienes o sufres de estrés subes principalmente en el área del ombligo llamado “pancita y en la espalda lonjitas”

También es importante mencionar que hombres y mujeres responden de forma diferente al estrés y en relación a esta respuesta existe una diferente distribución de la grasa corporal entre ellos.

La obesidad se divide en 2:

Obesidad tipo ginecoide o en forma de pera, donde la acumulación de grasa es en glúteos y cadera, más propia de las mujeres y se asocia con problemas de várices o circulatorios y la Obesidad tipo androide o en forma de manzana; dónde su principal acumulación de grasa es en el abdomen y ésta se asocia con enfermedades como diabetes, presión arterial alta, niveles elevados de colesterol o triglicéridos y guarda una estrecha relación con el riesgo cardiovascular.

El estrés crónico provoca un incremento de la grasa abdominal, con su correspondiente riesgo de enfermedades crónico-degenerativas.

Por eso es muy importante estar en “La Zona”, que te llevará a disfrutar los máximos beneficios de la nutrición donde tu cuerpo rendirá al límite con el mínimo esfuerzo.

Cómo puedo llegar a la zona?

Es muy sencillo sólo necesitas:

1.- Suplementación de ácidos grasos Omega 3
2.- Balancear lo que comes
3.- Ejercicio moderado
4.- Control de estrés

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Estrés y Obesidad







El estrés, afecta a las personas tanto de forma física como de forma mental y emocionalmente.

De acuerdo con el Instituto Americano del Estrés, 90% de los problemas de salud son a causa del estrés. Demasiado estrés puede contribuir en agitar muchos problemas físicos incluyendo enfermedad cardiaca, presión arterial alta, soplos al corazón, depresión, problemas de sueño y aumento de grasa abdominal.

Aunque pueden ser varios los mecanismos implicados en la obesidad asociada al estrés, es fundamentalmente una hormona (el cortisol o cortisona), que es el nexo de unión entre estrés y obesidad.

El cortisol es la hormona que regula la respuesta del cuerpo a la tensión también interviene en el metabolismo de la glucosa (azúcar) e induce cambios en la distribución de la grasa. Durante épocas de tensión, los niveles del cortisol aumentan y aceleran la utilización de proteínas por lo que ésta se pierde.

En el tejido adiposo hay una mayor transformación de cortisol a cortisona, lo que induce al aumentó de la producción de cortisol, y a la vez cambios en la distribución de la grasa (dando lugar a un incremento de la grasa intraabdominal).

“Por lo que ten cuidado, ya que cuando tienes o sufres de estrés subes principalmente en el área del ombligo llamado “pancita y en la espalda lonjitas”

También es importante mencionar que hombres y mujeres responden de forma diferente al estrés y en relación a esta respuesta existe una diferente distribución de la grasa corporal entre ellos.

La obesidad se divide en 2:

Obesidad tipo ginecoide o en forma de pera, donde la acumulación de grasa es en glúteos y cadera, más propia de las mujeres y se asocia con problemas de várices o circulatorios y la Obesidad tipo androide o en forma de manzana; dónde su principal acumulación de grasa es en el abdomen y ésta se asocia con enfermedades como diabetes, presión arterial alta, niveles elevados de colesterol o triglicéridos y guarda una estrecha relación con el riesgo cardiovascular.

El estrés crónico provoca un incremento de la grasa abdominal, con su correspondiente riesgo de enfermedades crónico-degenerativas.

Por eso es muy importante estar en “La Zona”, que te llevará a disfrutar los máximos beneficios de la nutrición donde tu cuerpo rendirá al límite con el mínimo esfuerzo.

Cómo puedo llegar a la zona?

Es muy sencillo sólo necesitas:

1.- Suplementación de ácidos grasos Omega 3
2.- Balancear lo que comes
3.- Ejercicio moderado
4.- Control de estrés